¿Qué es el valor para el accionista?
El valor para el accionista es el valor entregado a los accionistas de una empresa debido a la capacidad de la administración para aumentar las ventas, las ganancias y el flujo de caja libre, lo que conduce a mayores dividendos y ganancias de capital para los accionistas.
El valor para los accionistas de una empresa depende de las decisiones estratégicas que tome su junta directiva y la alta gerencia, incluida la capacidad de realizar inversiones sólidas y generar un retorno saludable sobre el capital invertido. Si se crea este valor, especialmente a largo plazo, el precio de las acciones sube y la empresa puede pagar mayores dividendos en efectivo a los accionistas. Las fusiones, en particular, tienden a generar grandes aumentos en el valor de las acciones.
El valor para los accionistas puede convertirse en un tema candente para las empresas, ya que la creación de riqueza para los accionistas no se traduce siempre ni por igual en valor para los empleados o clientes de la empresa.
Puntos clave
- El valor para los accionistas es el valor otorgado a los accionistas de una empresa en función de la capacidad de la empresa para mantener y aumentar las ganancias a lo largo del tiempo.
- El aumento en el valor de las acciones aumenta el monto total en la sección de capital del balance general.
- La máxima sobre el aumento del valor para los accionistas es en realidad un mito práctico: no existe una obligación legal para que la administración maximice las ganancias corporativas.
Entender el valor de los accionistas
El aumento en el valor de las acciones aumenta el monto total en la sección de capital del balance general. La fórmula del balance general es: activos, menos pasivos, es igual a patrimonio, y el patrimonio incluye ganancias retenidas, o la suma de los ingresos netos de una empresa, menos los dividendos en efectivo iniciales.
Cómo el uso de los recursos genera valor
Las empresas obtienen capital para comprar activos y utilizarlo para generar ventas o invertir en nuevos proyectos con un rendimiento esperado positivo. Una empresa bien administrada maximiza el uso de sus recursos para que el negocio pueda operar con una menor inversión en recursos.
Por ejemplo, suponga que una empresa de plomería usa un camión y equipo para completar un trabajo residencial y el costo total de estos activos es de $50,000. Cuantas más ventas pueda generar la empresa de plomería utilizando el camión y el equipo, más valor para los accionistas crea la empresa. Las empresas de valor son aquellas que pueden aumentar sus ganancias con la misma cantidad de activos en dólares.
Casos en los que el flujo de caja aumenta el valor
Generar suficiente flujo de efectivo para operar el negocio también es un indicador importante del valor para los accionistas porque la empresa puede operar y aumentar las ventas sin necesidad de pedir dinero prestado o emitir más acciones. Las empresas pueden aumentar el flujo de efectivo convirtiendo rápidamente el inventario y las cuentas por cobrar en cobros en efectivo.
La tasa de recolección de efectivo se mide por índices de rotación, y las empresas intentan aumentar las ventas sin la necesidad de llevar más inventario o aumentar el monto promedio en dólares de las cuentas por cobrar. Una alta tasa tanto de rotación de inventario como de rotación de cuentas por cobrar aumenta el valor para los accionistas.
Consideración de la utilidad por acción
Si la gerencia toma decisiones que aumentan la utilidad neta cada año, la empresa puede pagar un dividendo en efectivo más alto o quedarse con las utilidades para utilizarlas en el negocio. Las ganancias por acción (EPS) de una empresa se definen como las ganancias disponibles para los accionistas comunes divididas por sus acciones ordinarias en circulación, y la relación es un indicador clave del valor para los accionistas de una empresa. Cuando una empresa puede aumentar las ganancias, la proporción aumenta y los inversores ven a la empresa como más valiosa.
¿El mito de maximizar el valor de los accionistas?
Se entiende comúnmente que los directores y la gerencia corporativa tienen el deber de maximizar el valor para los accionistas, especialmente para las empresas que cotizan en bolsa. Sin embargo, los fallos legales sugieren que esta sabiduría común es, de hecho, un mito práctico: en realidad, no existe una obligación legal de maximizar las ganancias en la gestión de una empresa.
La idea se puede atribuir en gran medida a los efectos abrumadores de un único fallo obsoleto y ampliamente malinterpretado de la decisión de la Corte Suprema de Michigan de 1919 en Dodge contra Ford Motor Co., que se refería al deber legal de un accionista mayoritario de control sobre un accionista minoritario y no a maximizar el valor del accionista. Académicos jurídicos y organizacionales como Lynn Stout y Jean-Philippe Robé han elaborado este mito en profundidad.