¿Qué es el sesgo del país de origen?
El sesgo del país de origen se refiere a la tendencia de los inversores a favorecer a las empresas de su propio país sobre las de otros países o regiones. La tendencia de invertir en su propio patio trasero no es inusual ni sorprendente; es un fenómeno mundial y ciertamente no exclusivo de los inversores estadounidenses. Este prejuicio también es comprensible porque nos inclinamos a reconocer y valorar las marcas nacionales.
Puntos clave:
- El sesgo del país de origen es la tendencia de un inversor a favorecer a las empresas de su propio país o región.
- Dichos inversores pueden estar sobreponderados en su exposición a acciones nacionales.
- La sobreinversión en acciones nacionales puede crear una cartera desequilibrada que conlleva un mayor riesgo.
- El sesgo del país de origen también puede hacer que un inversor pierda oportunidades de inversión internacional.
Comprensión del sesgo del país de origen
Los inversores que muestran preferencia por su país de origen en sus inversiones tienden a ser optimistas acerca de sus mercados nacionales y son pesimistas o indiferentes acerca de los mercados extranjeros. De hecho, es probable que algunos inversionistas continúen invirtiendo en una empresa preferida del país de origen. aunque una empresa extranjera similar había demostrado un mejor potencial alcista.
El sesgo del país de origen ocurre cuando las personas incluyen un gran porcentaje de acciones de sus propios países en sus carteras. Si observa la asignación de activos de la persona promedio, verá que los inversores (de todos los tamaños) tienen una fuerte propensión a sobreponderar su exposición a acciones nacionales. Estados Unidos, por ejemplo, representa menos del 50 % de la capitalización total del mercado mundial; sin embargo, el inversionista estadounidense promedio todavía asigna más del 70 % de su cartera a acciones estadounidenses.
Este sesgo es una de las razones por las que es tan importante construir una marca poderosa en el mercado global interdependiente de hoy. Coca-Cola, Google y Toyota, por ejemplo, son marcas internacionales muy conocidas, y la mayoría de las personas, sin importar dónde vivan, se inclinan por comprar sus acciones.
El sesgo del país de origen puede hacer que un inversor construya una cartera desequilibrada que carece de diversificación y está sujeta a riesgos innecesarios.
¿Es dañino el sesgo del país de origen?
Naturalmente, las personas encuentran consuelo en lo familiar. Por lo tanto, se deduce que los inversores seleccionan empresas que conocen y en las que confían. Sin embargo, los inversores que no reconocen este sesgo en sí mismos pueden terminar con carteras desequilibradas e ignorar uno de los pilares de la inversión: la diversificación.
Al no diversificarse en acciones internacionales, un inversionista podría crear una debilidad en su cartera si su país de origen experimenta un declive económico severo. O el inversionista puede simplemente estar perdiendo oportunidades de inversión en el extranjero. Hay importantes beneficios de diversificación en una cartera internacional bien construida.
Consideraciones especiales para el sesgo del país de origen
Al igual que con muchos sesgos de inversión, superar los sesgos del país de origen requiere una intención reflexiva y una disciplina determinada. El primer paso es reconocerlo y el segundo paso es hacer algo al respecto. Esto es especialmente difícil si el mercado local de un inversionista es el mercado de valores más grande del mundo y ha sido particularmente gratificante.
Sin embargo, hay beneficios que vienen con la inversión internacional. Es un ingrediente clave en las estrategias de generación de riqueza para carteras con horizontes de inversión a largo plazo y puede ser una empresa fructífera y esclarecedora.