¿Qué es el Capital Intelectual?
El capital intelectual es el valor del conocimiento, las habilidades, la educación empresarial de los empleados de una empresa o cualquier información patentada que pueda proporcionar a la empresa una ventaja competitiva.
El capital intelectual se considera un activo y se puede definir en términos generales como la recopilación de todos los activos de información que una empresa tiene a su disposición y que se pueden utilizar para generar ganancias, adquirir nuevos clientes, crear nuevos productos o mejorar el negocio. Es la suma de las habilidades de los empleados, los procesos organizacionales y otros activos intangibles que contribuyen al resultado final de una empresa.
Algunos de los subconjuntos del capital intelectual incluyen capital humano, capital de información, conciencia de marca y capital educativo.
Puntos clave
- El capital intelectual se refiere a los activos intangibles que contribuyen al resultado final de una empresa. Estos recursos incluyen la experiencia de los empleados, los procesos organizacionales y la suma de conocimientos que se tienen dentro de la organización.
- No existe un método estándar para medir el capital intelectual y los estándares de medición varían entre organizaciones.
- El capital intelectual incluye capital humano, capital de información, conciencia de marca y capital educativo.
- Las empresas pueden aumentar el capital intelectual mediante la contratación de mejores empleados, la realización de programas de formación de empleados y el desarrollo de nuevas patentes.
Comprender el capital intelectual
El capital intelectual es un activo empresarial, aunque medirlo sea una tarea muy subjetiva. Como activo, no se presupuesta como “capital intelectual”; en cambio, en la medida de lo posible, está integrado en la propiedad intelectual (como parte de intangibles y plusvalía en el balance general), que en sí mismo es difícil de medir.
Las empresas dedican mucho tiempo y recursos a desarrollar habilidades gerenciales y capacitar a sus empleados en áreas comerciales específicas para aumentar la «capacidad mental», por así decirlo, de su empresa. Este capital empleado para mejorar el capital intelectual proporciona un retorno a la empresa, aunque difícil de cuantificar, pero que puede aportar muchos años de valor empresarial.
Medición del capital intelectual
Existen varios métodos para medir el capital intelectual, pero no existe un estándar consistente o uniforme aceptado en la industria. Por ejemplo, el Balanced Scorecard, que es una métrica de desempeño de la industria, mide cuatro puntos de vista de un empleado como parte de sus esfuerzos para cuantificar el capital intelectual. Las perspectivas son financieras, clientes, procesos internos y capacidad organizativa.
La empresa danesa Skandia, por su parte, considera la transformación del capital humano en capital estructural como la misión del capital intelectual. La firma ha diseñado una estructura similar a una casa con un enfoque financiero como techo, un enfoque y proceso hacia el cliente como paredes, un enfoque humano como alma y un enfoque en las energías renovables y el desarrollo como plataforma para medir el capital intelectual.
Debido a la naturaleza nebulosa y las características distintivas del capital intelectual, también se lo denomina patrimonio inmaterial y medio ambiente.
Tipos de capital intelectual
El capital intelectual se divide comúnmente en tres categorías: capital humano, capital relacional y capital estructural.
El capital humano abarca todo el conocimiento y la experiencia de los empleados dentro de una organización. Consiste en su educación, experiencias de vida y experiencia laboral. Se puede aumentar proporcionando formación.
El capital relacional abarca todas las relaciones que tiene una organización, incluidos sus empleados, sus proveedores, sus clientes, sus accionistas, etc.
El capital estructural se refiere al sistema de creencias básico de una organización, como su misión, políticas corporativas, cultura laboral y su estructura organizacional.
Ejemplos de capital intelectual
Los ejemplos de capital intelectual incluyen el conocimiento que un trabajador de línea de fábrica ha desarrollado durante muchos años, una forma específica de comercializar un producto, un método para reducir el tiempo de inactividad en un proyecto de investigación crítico o una fórmula misteriosa y secreta (por ejemplo, Coca-Cola refresco). Una empresa también puede fortalecer su capital intelectual mediante la contratación de personas capacitadas y expertos en procesos que contribuyan a sus resultados.
Por ejemplo, un mecánico se gradúa de la escuela técnica y comienza a trabajar en un fabricante de automóviles. Su capital intelectual es el conocimiento que aprendieron en la escuela. Después de un año de trabajo, su capital intelectual se ha incrementado gracias a la experiencia adquirida a través de su trabajo y la aplicación específica de sus conocimientos. Después de dos años, el mecánico se inscribe en un programa de formación centrado en las nuevas tecnologías y el aumento de la eficiencia. El capital intelectual del mecánico, y por tanto de la empresa, se ha incrementado aún más.
A medida que las mejoras en tecnología y procesos se convierten cada vez más en un diferenciador dentro de las empresas modernas, el capital intelectual se convierte en un factor más importante para lograr el éxito en un mercado competitivo.